domingo, 16 de noviembre de 2014

La culpa es de... esos rodamientos de dirección.

Buena mañana la de hoy.






Nos hemos juntado unos amigos a dar un paseo en moto buscando los caminos más facilones y huyendo del barro con el fin regresar con una sonrisa en la cara; Nada de pasarlo mal.







Creo que se ha conseguido. Y algunos hemos conocido un nuevo compañero de cara al futuro: agradable, que va seguro y que nada desea demostrar. Perfecto.






La primera idea era alejarse hacia el sur pues no había llovido en un par de días más allá de Madrid; Sin embargo, ya en marcha, me ha parecido que los caminos no estaban tan mal, por lo que dejamos el asfalto antes de lo previsto.




Un rodamiento de dirección empieza a dar guerra. En la cabeza de compañero surge la idea de volverse a casa, razonable pero no deseada por el resto. Así, se nos ocurre dirigirnos a tomar un café y dejar que las cosas vayan solas. Perfecta terraza para sentarnos a tomar un café y hablar de motos: No cambiamos, ni falta que hace, pues nos relaja, nos aleja de las preocupaciones que es lo que se persigue en el tiempo libre..




Juraría que al Grandullón el café le sentó mejor de lo esperado, pues la segunda parte de la mañana fue más amena, con unos caminos pelín mas exigentes, pero sobre los que ya se le veía más suelto, a pesar de la dirección algo tocada.




Bien!, pues terminamos la mañana los mismos que empezamos ya que pasamos un rato de crisis con el sigo o me doy media vuelta. Grgrgrgrggrgrgrgrgrgr




Yo cambiaría los rodamientos de dirección y seguiría con la misma moto. Va de lujo. Y no digo más.





A ver si repetimos en breve.





Pocas fotos, pero me llevo el rato en la Plaza, al sol y nubes, rodeado de amigos.




Queden estas últimas fotos como prueba de que si, que también montamos en moto por esta zona que, sin parecerlo, esconde sus buenos rincones.





Alejandro, en esta ocasión, puede decir que no siempre que coincidimos encontramos líos.




Hace muuuuchos años conocí a un tipo que también utilizaba esta moto para el campo, una SLR. ¡Que bien! Y demostrado queda para darse una vuelta por campo, por carretera, no es necesaria ni tecnología en exceso, ni motos con suspensiones que te impidan tocar tierra con tus pies. Evidentemente, cada cosa a su tiempo, es cierto.


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