Tras la salida del día de La Almudena, día de Campo completo y naturaleza, no andaba yo con mucha necesidad de salir el fin de semana. Un paseo en bici por Madrid Río hasta el Parque del Manzanares, una carrera de hora, hora y cuarto, habría bastado.
Hay un plan preparado, algo exigente en cuanto a preparativos, pero, hay que tener el día adecuado para ello. Además, es un plan para un día de invierno, de frío, de esos que los dedos se quedan ateridos, y, la verdad, todavía no aprieta ni hay nieve, nieve a la vista que es lo que busco.
Pero, ayer por la noche me encuentro con la sorpresa de unos nuevos Blogs de alguien a quien sigo.
Fue comenzar el primero y se me metió el bicho en el cuerpo, pero, para ir a buscar lo mismo que estaba viendo. Quieras que no el cuerpo no estaba del todo preparado, y me dije: "¿Porqué no doy un paseo, sin más, y me voy a curvear y a mirar, solo mirar?
Así que, abusando del asiento hoy, y de las consecuencias para la espalda, me he sentado en el butacón de la Transalp y a tirar millas, a ver el incipiente Otoño, que no acaba de despegar de verdad.
Sabiendo que la espalda necesita en estos casos paradas obligatorias, así lo he hecho. Ríos, puentes, puertos y pequeños paseos para asomarme a ver el horizonte en los caminos que he entrado para cotillear, porque por aquí lo de adentrarte en el monte con la moto mejor NO.
Esta ha sido la más larga de las paradas y la más de las dos que más rato he pasado bajado de la moto. En esta ocasión he aprovechado para quitarme ropa que hacía rato ya molestaba.
No se ven en la foto, pero, había buitres para aburrir, y han sido un buen entretenimiento disfrutándolos con los prismáticos.
Temía que cayera algo de agua, y coloqué un mono de agua a la espalda con algún entretenimiento más, pero nada, ni gota; Las nubes no se han atrevido a cruzar la Sierra.
Buena mañana, sin la alegría que dan caminos y pistas, aunque con la carretera toda la mañana mojada de la helada que ha caído esta noche pasada, y con mucho cuidado por este motivo, las hojas en la carretera y las vacas.
Sierra del Rincón y Transalp 700 from
Jesus Alloza on
Vimeo.
El miércoles pasado, Fiesta en Madrid, La Almudena, me apuntaron a montar en bici.
El recorrido lo hice no hace mucho, aunque no era motivo para rechazar la invitación ni mucho menos.
Había muchos alicientes: grandes y pequeños, comida en el campo, día completo fuera de casa, nuevas personas, ...
El entorno, y los pequeños jugando unos con otros, esforzándose y haciendo algo tan sencillo y sano, me hicieron pasar un día formidable.
De los Grandes, nada que decir: compañerismo, muy atentos todos con nosotros, los nuevos, y yo encantado en volver a participar en algo parecido en cuanto fijen nueva fecha.
La comida en el merendero tuvo de todo. Es admirable el esfuerzo de todos en llevar hasta manteles, termos de café, y ¡bota de vino!
El regreso lo hicimos en silencio, con música bajita en el coche y disfrutando de los últimos instantes de luz.
22 en total.
Espero que se repita pronto.
Ocho de la mañana y todos en el lugar de salida, allí en Brunete, en la Cepsa que reúne tantas y tantas salidas de grupos de motos de carretera y campo.
Me llegan helados estos Chicos. No es de extrañar. En la recta del Río Guadarrama veo cero grados en el termómetro de la Transalp. Yo salí preparado, pero el único. Claro que soy un blando con el frío y procuro salir bien pertrechado.
Mi retina disfruta con la luz de estas horas tempranas. El pantano se encuentra tranquilo y muy, muy bonito a estas horas. El camino a lo largo de él deja una postal detrás de otra, de manera que en el vídeo se ve como todos no paramos de girar la cabeza hacia el pantano.
Encontramos unas buenas vistas. Por error, cogemos una pista que sube y sube y sube, pero se corta, pero la vista allí resulta única.
El plan de Mapache se frustra. Cogemos otros caminos que nos llevarán a ritmo entretenido por los altos del Valle del Tietar, a ratos con bosque y hojas de los colores del momento, y otros de zonas peladas y buenas panorámicas.
Ésta, la mejor, y con nosotros un ciclista. Buena forma y ganas de madrugar y de llegar hasta ahí dando pedales.
Al final, la mañana se queda corta. Se ha disfrutado mucho por esas pistas, y por otro lado la vuelta a comer es larga, no por kms sino por la carretera y circulación.
Pero, con este rato sentados lo bordamos. Poca gente y estupendo entorno.
No ha ocurrido nada malo. Una gran alegría ver a Ziervo quien ha recibido unos perdigonazos sin consecuencias y unos ciclistas que no nos hemos llevado - ¡Qué susto!-.
Y el vídeo:
Montañas del Tietar from
Jesus Alloza on
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