martes, 23 de diciembre de 2014
Buscar un alto
El paseo para ir a buscar lotería de El Niño y un alto desde el que disfrutar de Ese Cielo tan limpio y Frio frente al Moncayo, ha dejado estas fotos
domingo, 21 de diciembre de 2014
Pistas
No se si habrán pasado las niveladoras y apisonadoras para nosotros hoy, pero, hemos recorrido montón de pistas en excelente estado que permitían rodar cómodos a ritmo ligero contemplando el horizonte.
La excursion: la de Liet, a quien hemos encontrado junto a Mapache, pareja pendiente de conocer juntos en alguna.
Pistas y dehesas, pistas largas cruzando buenas extensiones de incipiente cereal verde eléctrico y árboles achaparrados, cuya sombra mantiene la helada y en las que se debe llevar algo de cuidado.
¡Bocata al sol!
Y la nota de color de esta "pacífica" salida la pone Ziervo, que necesita calentar un poco y se sube un cuestón a la segunda intentona con sus mixtos, y con el que no me he atrevido por esa humedad que le ha impedido subir la primera vez.
Reculando.
Je, je, je, je ...
La XTR y Transalp esperan.
Por fin arriba. Ya podemos seguir, je, je, je,...
La excursion: la de Liet, a quien hemos encontrado junto a Mapache, pareja pendiente de conocer juntos en alguna.
Pistas y dehesas, pistas largas cruzando buenas extensiones de incipiente cereal verde eléctrico y árboles achaparrados, cuya sombra mantiene la helada y en las que se debe llevar algo de cuidado.
¡Bocata al sol!
Y la nota de color de esta "pacífica" salida la pone Ziervo, que necesita calentar un poco y se sube un cuestón a la segunda intentona con sus mixtos, y con el que no me he atrevido por esa humedad que le ha impedido subir la primera vez.
Reculando.
Je, je, je, je ...
La XTR y Transalp esperan.
Por fin arriba. Ya podemos seguir, je, je, je,...
Último café y a casa. Feliz del reencuentro con Ziervo. Alejandro una gozada. A ver su video.
miércoles, 3 de diciembre de 2014
Ermita del Castelar
Esta mañana de diario, laboral, con turno de tarde, la dediqué a visitar con calma un lugar que me enseñó Liet XT. Tapones en los oídos y a disfrutar de las mal llamadas malas carreteras: curvas, huertas, viejos vehículos de ruedas racionales y no "balones", y olor a leña quemada y bollos al pasar por los pueblos.
Son unos cincuenta km, y tras ver trabajar al "pulpo" en una gravera, como no, me separo del asfalto para disfrutar del otoño circulando por caminos.
Ahí la tenemos; Estamos en Toledo.
Bien cuidada y cerrada. Me quito el casco y cojo el termo con algo caliente que me repondrá de algo de frío.
Y me pongo a fisgonear con disimulo por el lugar, veo que hay un bar con terraza, "cerrado", ante unas buenas vistas por la altura, que se ven rotas por la necesidad de la fábrica situada justo debajo y que no muestro. Aunque no deja de ser curisoso.
Tremendos los cantíles. El camino que se ve lo cogeré y me pedirán que me marche pues es finca privada anunciada, pero, yo por si acaso me meto por que es una pasada y para marcharse con educación siempre se puede, más fácil solo.
A la que me echan aprovecho para bajar al Tajo y husmear la zona de la represa y esa factoría o lo que sea pegadita al río.
Siiii, ya lo creo, no puedo evitarlo: también juego aprovechando las bañeras. ¡Cómo me gusta!
Termino el paseo en el pueblo, al que llego por una buena pista, disfrutando del sol ya algo alto y su calor.
Vuelta por carretera, la misma, con sus curvas y pueblos, y despacio, bailando al tiempo que voy trazando disfrutando de la moto por carretera.
lunes, 1 de diciembre de 2014
Montes del Gasco
Tenemos niebla en Madrid, al salir ,y según cogemos altura es más densa y discontinua.
Y cuando llegamos al punto de partida tenemos sol que nos acompañará practicamente el resto de la mañana. Y desde allí arriba vemos esa imagen siempre impactante de nubes a tus pies con Madrid al fondo.
El comienzo nos resulta algo desbaratado, lo normal con la salida de localidades en las que se han hecho mejoras de carreteras, accesos, glorietas, etc; Te lías un poco pero al poco nos internamos en el bosque, cerradillo, hasta el punto que vamos calándonos con el agua agarrada a las ramas de arbustos, jaras y demás que rozamos y con las nos tropezamos por lo angosto del camino.
Encontramos las primeras construcciones que paramos a cotillear y a hacernos preguntas sobre quién vivía allí, cuándo y que hacían por allá, y para que serviría esa especie de jardinera en la entrada de la casa, y si aquello era molino o qué.
Al poco de reemprender la marcha encontramos un bajadón. El sonido del agua ya se escuchaba desde arriba y el vadeo no era obligado, creemos, pero..., en el riesgo esta el placer y para que mirar más con lo que nos gustaría caernos al agua;
Ese palo y la bici hicieron de "barras paralelas" para apoyar y cruzar la primera parte.
"¡Ay, que tengo las piernas más cortas, mamón!", me dijo. Ji, ji, ji,ji.
Tras salir el barranco, aparecimos en la pista de Calera y Chozas, llegando a Cáceres.
Que no, no era Cáceres (ver cómo se lo curran los pájaros carpinteros) , sino la continuación del Monte de El Pardo, y de nuevo Madrid al fondo y el mar de nubes, donde paramos a tomar un refrigerio....
... a base de higos de Piquero, famosos en el mundo entero, pasas, "plátano con nueces", ¿verdad?, avellanas, anacardos y agua.
En mil setecientos cincuenta y, se termina el Canal de Castilla, y treinta años mas tarde el mismo ingeniero con sus hijos dedican tres meses al estudio de Otra de Esas Grandes Obras: el Canal del Guadarrama;
Francisco Cabarrus, director del Banco de San Carlos se encargaría de poner el dinero y la mano de obra la pondrían presidiarios.
Cabarrús se suicida, la obra pierde el norte pero se continua costeando, y, como una carrera de obstáculos, problemas del banco, quién se pone la medalla, y un un riguroso paludismo en la mano de obra, termina con el proyecto de un canal que tenía como objetivo alcanzar el Atlántico desde el inicio del Río Guadarrama, pasando por el Manzanares, Tajo y Guadalquivir; 771 km. y 700 metros de desnivel.
Hoy, pasearlo andando, en bici, dando volteretas, a la pata coja, resulta un paseo increíble; LLano, escondido, húmedo e incluso fresco en verano, suponemos, con paredes de piedra que admirar, agua que escuchar y, por la frondosidad, perdiendo el sentido de estar al lado de esas otras obras faraónicas para los actuales transportes: la A VI.
La ruta es circular. Allá por donde hacemos el giro de vuelta hacia el coche, cruzaremos una urbanizacion que ¡madre mía que circulación tiene!, y que nos llevará paralelos al Arroyo Trofas.
Curioso lugar en el que existe un especial circuito para pasearlo a pie, que tiene muy buena pinta, y por donde NO SE PUEDE CIRCULAR NI SIQUIERA EN BICI.
No voy a decir nada, pues, encontramos pájaros de esos que solo veo en jaulas en tiendas de animales. ¡Si!, de colores. Asi que todo siga así por muchos años y escuchemos al amigo J. explicando que ese es un ...., y aquél un XXXX, que bla, bla, bla, bla, bla...., y a subir las cuestas andando por una acera carril bici.
Pues nada, que muy recomendable. Falta por ver la presa, que no sabemos donde la dejamos por seguir la ruta, y como todo resultaba muy agradable igual nos daba, por que allí donde poníamos la vista era para admirarlo y darle al pico.
Estos Niños....
Y cuando llegamos al punto de partida tenemos sol que nos acompañará practicamente el resto de la mañana. Y desde allí arriba vemos esa imagen siempre impactante de nubes a tus pies con Madrid al fondo.
El comienzo nos resulta algo desbaratado, lo normal con la salida de localidades en las que se han hecho mejoras de carreteras, accesos, glorietas, etc; Te lías un poco pero al poco nos internamos en el bosque, cerradillo, hasta el punto que vamos calándonos con el agua agarrada a las ramas de arbustos, jaras y demás que rozamos y con las nos tropezamos por lo angosto del camino.
Encontramos las primeras construcciones que paramos a cotillear y a hacernos preguntas sobre quién vivía allí, cuándo y que hacían por allá, y para que serviría esa especie de jardinera en la entrada de la casa, y si aquello era molino o qué.
Al poco de reemprender la marcha encontramos un bajadón. El sonido del agua ya se escuchaba desde arriba y el vadeo no era obligado, creemos, pero..., en el riesgo esta el placer y para que mirar más con lo que nos gustaría caernos al agua;
Ese palo y la bici hicieron de "barras paralelas" para apoyar y cruzar la primera parte.
"¡Ay, que tengo las piernas más cortas, mamón!", me dijo. Ji, ji, ji,ji.
Tras salir el barranco, aparecimos en la pista de Calera y Chozas, llegando a Cáceres.
Que no, no era Cáceres (ver cómo se lo curran los pájaros carpinteros) , sino la continuación del Monte de El Pardo, y de nuevo Madrid al fondo y el mar de nubes, donde paramos a tomar un refrigerio....
... a base de higos de Piquero, famosos en el mundo entero, pasas, "plátano con nueces", ¿verdad?, avellanas, anacardos y agua.
En mil setecientos cincuenta y, se termina el Canal de Castilla, y treinta años mas tarde el mismo ingeniero con sus hijos dedican tres meses al estudio de Otra de Esas Grandes Obras: el Canal del Guadarrama;
Francisco Cabarrus, director del Banco de San Carlos se encargaría de poner el dinero y la mano de obra la pondrían presidiarios.
Cabarrús se suicida, la obra pierde el norte pero se continua costeando, y, como una carrera de obstáculos, problemas del banco, quién se pone la medalla, y un un riguroso paludismo en la mano de obra, termina con el proyecto de un canal que tenía como objetivo alcanzar el Atlántico desde el inicio del Río Guadarrama, pasando por el Manzanares, Tajo y Guadalquivir; 771 km. y 700 metros de desnivel.
Hoy, pasearlo andando, en bici, dando volteretas, a la pata coja, resulta un paseo increíble; LLano, escondido, húmedo e incluso fresco en verano, suponemos, con paredes de piedra que admirar, agua que escuchar y, por la frondosidad, perdiendo el sentido de estar al lado de esas otras obras faraónicas para los actuales transportes: la A VI.
La ruta es circular. Allá por donde hacemos el giro de vuelta hacia el coche, cruzaremos una urbanizacion que ¡madre mía que circulación tiene!, y que nos llevará paralelos al Arroyo Trofas.
Curioso lugar en el que existe un especial circuito para pasearlo a pie, que tiene muy buena pinta, y por donde NO SE PUEDE CIRCULAR NI SIQUIERA EN BICI.
No voy a decir nada, pues, encontramos pájaros de esos que solo veo en jaulas en tiendas de animales. ¡Si!, de colores. Asi que todo siga así por muchos años y escuchemos al amigo J. explicando que ese es un ...., y aquél un XXXX, que bla, bla, bla, bla, bla...., y a subir las cuestas andando por una acera carril bici.
Pues nada, que muy recomendable. Falta por ver la presa, que no sabemos donde la dejamos por seguir la ruta, y como todo resultaba muy agradable igual nos daba, por que allí donde poníamos la vista era para admirarlo y darle al pico.
Estos Niños....
Este es el recorrido:
Suscribirse a:
Entradas (Atom)