Pocas están siendo mis salidas en compañía últimamente, pero me sientan de lujo y más si la salida da para parar y cruzar palabras y miradas, viviendo la excursión con ratos de acción y momentos de charloteo.
Pasamos por lugares conocidos, pero la abundancia de agua y el verdor hicieron que el recorrido se gozara como si de la primera vez se tratara.
Y las paradas que hicimos para charlar y sonreir, no quitaron que también de forma individual participáramos para dejar reflejo del disfrute de la moto.
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