sábado, 12 de marzo de 2022

 El fin de semana se complicaba y tenía que buscar un rato de moto. Tenía muchas ganas de revivir la satisfacción de después de salir. Y disponía de menos tiempo.

Por otro lado, ha llovido, y, por tanto, rodar por campo.... lo menos posible. "Por bocas", madrugo y salgo no a la hora límite, pero, vaya. Salgo al alba, y bueno, no siento frío, pero, tampoco aguanto la visera abierta. He tenido una pelea buena entre llevarla abierta como quería y tener que cerrarla porque la frente empezaba a doler. A la media hora he conectado los guantes. El resto bien, pues la ropa térmica funciona bien.


Con la mochila de 10 l. y dentro de ella tres cosas,  me voy con idea de dar un paseo a pie por el parque de Titulcia. Tras unos kms por la vega del Tajuña muy agradables, aparco la moto, me quito el casco y tengo la sensación de haber acertado. Miles de trinos me rodean para empezar el momento.



Me encuentro varias personas mayores paseando, e imagino que queriendo guardar silencio y limitarse a escuchar todos los sonidos que salen de esas paredes, y las que llegan del río.







Cuando conocí este lugar, se podía pasar con la moto. Ahora, es uno de esos lugares preparados para el paseo, merienda, con observatorio de aves, columpios, ..., una gozada. 

Y tampoco es un lugar extraordinario, teniendo la cantera al otro lado del río, pero ha mejorado mucho y no es un lugar como otros donde acuden todos los madrileños de toda la provincia. Pero, a estás horas tempranas, ha sido un acierto salir a andar allí, disfrutando de la moto y del florido campo, pues se está poniendo exuberante. 



Continuo, con idea de volver a casa, pero dando una vuelta. Sin embargo, encuentro una pista en buen estado, mejor que la primera por la que lo intenté antes del paseo a pie. Y subo una colina con bonitas vistas que me entretienen. Que bajos tiene esta moto.




Seguiré por la pista, con la visera abierta, disfrutando del campo. 



Un poco de carretera, saliendo ya el sol, y nuevo desvío para subir a este lugar, reordenar las cosas, cerrar la mochila y volver a casa tranquilamente, a ocuparme y disfrutar de las otras cosas.




martes, 8 de marzo de 2022

Nuevas pistas y vistas.

 Domingo, Otro día de frío. Como el sábado: ¡dos grados! a la salida de Cantalejo, Segovia, a las siete y media de la tarde.

Como vengo diciendo, este año no tengo ninguna gana de pasar frío, y  desaparecidas las restricciones de movilidad, volvemos a todas las actividades anteriores a la pandemia que necesitan tiempo pero que no deseo ganar saliendo temprano.

Necesito salir de Madrid, buscar espacio por donde moverme, carreteras de segundo y tercer orden, y caminos, pistas, sendas sin escalones, donde ruede despreocupado por no llevar tacos, y donde el aire me realimente con energía positiva, por lo que esta temporada aprovecho las tardes para recargarme, sea en moto, sea en bici.

Avanzan los meses, y a pesar de que aparecen muchísimos modelos y actualizaciones de los existentes, sigo sin ver motos de trail de cilindrada, potencia, peso, volumen y precio de adquisición contenidos. Entre las marcas que considero fiables, solo la T7 de Yamaha me parece razonable pero que no monta de serie portabultos. La Macbor 500 me parece maravillosa, pero, no conozco su resultado a largo plazo, y sería un paso atrás en prestaciones. Otra que aparece en escena es la Morini X Cape, pero de recorridos de suspensión más limitados que la mía, todavía más, y una marca que aparece y desaparece y que, por tanto, no me resulta fiable. La Aprilia tiene la misma carencia que la T7, y súmale que es otra que no me transmite fiabilidad y longevidad, y cuyo precio además se dispara.

Por tanto, sigo teniendo un modelo que sin ser lo que quiero -como todas - cumple de maravilla para lo que además ahora deseo hacer.


Parece que cada curso escolar me trae algo nuevo que me mueve. En esta ocasión me centro por la izquierda de la AIII, y por donde estoy descubriendo nuevos rincones que me gustan y que a poquitos voy encontrando más espacios en ellos en los que parar, admirar, y retener.



Si, porque no me apetece tanto el fotografiar como toda la vida he hecho, o grabar vídeo. Simplemente me apetece parar, respirar y continuar.

Y en este estado, una moto de media cilindrada cumple para salir y entrar en Madrid por autovía; Con sus dos cilindros y asiento bien diseñado para aguantar kms., esta Transalp goza de suficiente carenado elevando algo la cúpula, (con casco sin visera que te canse el cuello y centre el viento en la pantalla, aunque no correcto para andar por campo despacio y respirar bien cuando entras en calor), tiene buena respuesta del acelerador para adelantar y subir bien puertos de montaña o subir y bajar vueltas entre curva y curva, y su capacidad de carga y rincones bajo el asunto para tus cosas resultan muy útiles. Faltan motos modestas.

Y sin ser excesivamente pesada, se desenvuelve bien por caminos y sendas por las que meterte y buscar otros puntos desde donde observar.




 Así pues, creo que me quedaré por aquí, hasta que alarguen los días, templen los amaneceres, y con poca ropa me aleje más para ver otros sitios, como quizá la sima de Fuencaliente.

Veremos