Mejor hoy, entre semana, que en fin de semana.
He encontrado solitarios y grupos, en RR, Trail, Naked, no muchos, y de paseo. Solo una 1200 GS último modelo, bella como ella sola; Bajaba mangada por las curvas anteriores al valle.
Nuestra Amiga del Horno de Chinchón, el de la Plaza, me decía que estas semanas atrás aparecían bicicleteros a comprar; Venían de los pueblos de alrededor.
Vamos, que tenemos muchas ganas todos de catar el campo, de andar, de montar en bici, en moto, correr, cazar, pescar, etc, etc. etc.
Así que, en Madrid, este fin de semana, primero en fase 1, lo que supone libertad de circulación por la Provincia, con la excusa de comprar, tomar algo, o ver a familiares o amigos, temo que va a ser un caos. Y no por la gente, que también, pues habrá más que un fin de semana normal, sino por los controles de carretera de los que salen de la provincia, y mogollón de caravanas por ello, y dando explicaciones de dónde vas, qué haces, de donde vienes, y, ojo, que no te vean una banderita de España, que toman nota de tu identidad en estos momentos que vivimos.
Aparecer fente al valle del Tujuña, bajando o subiendo, me chifla. Y si voy en bici con mi chaval más aún. El carril bici de Arganda a Morata de Tajuña es realmente chulo en este sentido. Las vistas desde el helipuerto, o desde el bosque que viene de la cementera. Son demasiadas las veces, y los años, y me echa atrás volver sobre lo mismo, pero, el caso es que luego me alegro.
Me ha sorprendido la capacidad de memoria del cuerpo, desde el cerebro hasta el último musculo. Lo digo porque he notado que ..., hacía tiempo que no cogía la moto, aunque a) rápidamente me he hecho, y b) el cambio de ruedas, pasar del taco a al mixto, ahí en las curvas, de pronto, pues se nota mucho, y, quizá la memoria estaba pensando en tacto taco y no en tacto mixto.
La plaza de Chinchón se encontraba con terrazas escasas y mesas muy separadas, sin burro dando paseos a los niños, ni coches. Muy agradable. Pero prefería moto. Así que, una vez comprados los bollos, he seguido dando una vuelta. He tenido algún amago de meterme por alguna pista, pero, el cerebro ha ordenado no hacerlo, así que otra vez dará gusto al corazón.
Sin embargo, cerca de la A III, he cogido una carreterilla en la que he podido rodar en segunda de pie, contemplando los cantiles y la laguna pequeña pegada al Manzanares, con esa cuidadísima finca que hay hasta allí y que parecen de un zona distinta del sureste de Madrid.
Un placer coger la moto. La semana que viene me dará otra vuelta por carretera. El verde ya estará más difícil de ver. Está haciendo una primavera de reloj suizo por temperatura, lluvia, ..., y el Covid otra cosa más que se nos ha llevado;
El Covid, o este Estado de Alarma llevado más de allá en tiempo y en otras cosas, a mi manera de ver.