domingo, 16 de febrero de 2020

Tres horas y media.

No puedo decir que haya sido uno de los mejores ratos de moto de mi vida motera, pues, he tenido mucha suerte por la gran cantidad de ellos, y, los mejores han sido acompañado de Amigos.

Quizá haya sido una salida con un rato de muchas formas de disfrutar de la moto por campo.

Ha habido "nocturna":


¡Cuántas nocturnas vividas con amigos! Divertidas, emocionantes, frías, 40 kms por la orilla del mar...

Ha habido luna:



Aquel cambio de embrague con Aquélla Lunaza Amarilla en Tunez...

Ha habido tinieblas:




Cuántas por Cuenca.


Ha habido amanecer completo:



En aquél bosque de acebos...

Ha habido niebla:



Aquella fría noche cruzando el Atlas.


Ha habido represas y agua:



¡Que divertidos vadeos! Alguno frustrado.


Y ha habido caminos retorcidos de prestar atención:



¡Uff, esos caminos de Galapagar cuando se podían pisar alrededor del pantano!


En fin, que me lo he pasado de lujo en ese pequeño hueco que me he buscado, y, claro, gracias a que al levantarme no he visto niebla en casa, en Madrid, que si hubiera habido me habría metido en la cama.



El ratito de carretera hasta casa lo he realizado a 100, disfrutando del frescor de la mañana y el poco tráfico. A por otra semana.



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