domingo, 9 de agosto de 2015

Recargando energías


Este verano lleva consigo un calor de rigor.




Y ha resultado un verdadero castigo para lo que nos hemos echado encima en casa.





Pero, llegado el momento, he podido alejarme del ruido de la rutina, para agarrado al manillar, comtemplar la existencia y dejar fluir sensaciones, sentimientos e ideas.




Esta es la mejor forma de encontrar alivio a aquél ruido rutinario, y que me sirve para reparar y recargar energías.




También me habría gustado coincidir con algún alma gemela.




Salvo el primer día, hice correr la voz, pero, cada uno tiene su vida y sus momentos.





Y cuanto más viejo, ya se sabe: más pellejo.




De hecho, el último día, aún pensando en ello, me arranqué a seguir igual por puro placer, basado en la memoria de los anteriores días y sabiendo que en otra temporada no habría más.





En estos lugares y con estas vistas me he inspirado.




Redescubro mis sentidos.






No sin  olvidarla a Ella y al Él, quienes me gustaría que anduvieran a mi alrededor pudiendo transmitirles lo que siento en cada una de estas paradas.



¡Qué privilegio vivir donde vivo y tener muy cerca Tanto!




¡Y tanto fresco aquí arriba, con la caló que te envuelve, empereza y frena, allá abajo sumergido!




Maravillosas vistas de la Sierra entre diario, sin apenas gente.




Increíble frescor, luz, olor..., contraste a como me levanté ese mismo día.









Larga parada viendo bajar el sol. Un lugar en el que en más de una ocasión he dejado el coche y he echado a andar en compañía de Enrique y J A. Y, dejé atrás una pradera donde pasamos una noche de lobos.





Grgrgrgrgrgrgrgrgrgrgrgr... He de volver





Parada y a guardar cacharros para emprender la vuelta a casa.



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