viernes, 13 de marzo de 2015

Recreándome en la soledad

Hay ciertos temores que me vienen a estos años cuando hago estas salidas, y que años ha ni se me pasaban por la cabeza.





Nos hemos acostumbrado a los móviles, que para poco valen si pasa algo porque te has comido la batería con aplicaciones varias, y cuan quieres llamar..., pues no puedes. Así pues, llevas batería de repuesto y vigilas la cobertura.





Reparapinchazos, bebida y comida, buen abrigo, brújula y gps, además de mi navaja y que Ella sea lo más pequeña y ligera.





Extremando el cuidado con el ritmo, me pierdo por estas tierras, no lejos del pueblo, pero, donde siempre encuentras un camino nuevo que ayudará a ir estableciendo cortas rutas que te lleven al siguiente valle, donde,seguro, por algún lado aparecerán los restos de otros castillos.






Hacía muchos años que no subía a este pico. ¡Que panorámica!






Pero, el viento aquí arriba resulta incómodo para comer el bocadillo, almendras y mejillones que llevaba a la espalda. Será más abajo.







Como la subida, la bajada la hago despacio, pues la última vez me lleve un buen susto sobre la Africa Twin con dos gamos que no se me llevaron de milagro. 

Este camino es nuevo y recorre un valle que desemboca en "La Peña", lugar harto visitado peo que no cansa, y ahora desde una nueva perspectiva.






Buenos rincones donde calmar el apetito y mirar.





En una ocasión subí con la Cota a estos corrales que hay en lo alto, donde incluso he encontrado muestras de que este lugar se sigue utilizando creo que por ganado, pastor y perro.

La subida es como es, como se ve, pero, este cacharro sube por donde sea sin el menor esfuerzo,







Tenía que haber comido aquí






Voy de vuelta, y ya que he ido a salir por ese lugar, utilizaré la senda del "Colmenar" de la familia para regresar al pueblo. 





Más de 200 kgs pasan por aquí bien, pero con la Pamperita, además de sentarte si quieres a diferencia de la Cota, puedes distraerte lo que quieres y parar y arrancar sin mirar donde conviene dejar los dos cilindros.






Ya llego. LLevo tres horas al aire y al sol en una buena mañana que empezó gris pero el sol se dejó ver y no ha hecho frío. Pelín de viento nada molesto salvo en El Pico, 





Muros de corrales y refugios de hace muchos años; Me llaman mucho la atención estas construcciones; Me llevará otra hora llegar a casa con las paradas marcadas por el sentimentalismo.





¿A quién he encontrado? Fuera de los dos pueblos que he cruzado, una mujer de mediana edad de paseo por la carretera y trabajadores en los tractores que llevarán las tierras de sábete cuanta gente y que dure para que puedan seguir dedicados a esto, aunque me temo que las cuotas europeas nos están matando, costosísima maquinaria, el frío que hace que no asome la cabeza nadie fuera de casa y si no que aquí no hay provenir alguno para los pequeños. Mierda puta.





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