domingo, 31 de marzo de 2013

Lento paseo

La mañana de la jornada de hoy la he dedicado a un paseo de lo más lento. Rodeado de pinos, carrascas y olivos, altos y valles he disfrutado de una buena temperatura, olor al campo, a verde, y de una mañana sin agua cuando salí dispuesto a volver sin ningún enfado caso de que comenzara a llover como estaba previsto.






Este pino en concreto tiene una copa bajo la cual esconde un salón o un dormitorio; Mullido, seco, oscuro, un placer para pasar noche cerca de casa. Se encuentra en una zona alta y destaca por su tamaño entre los demás, y me he separado del camino para subir a verlo, encontrando lo que digo.





Con todo el agua que ha caído pensé que los caminos estarían impracticables por esta zona para la Avispa, pero no, la verdad es que salvo alguna trampa la mayor parte de los caminos que he rodado y los que he cruzado tenían buen firme para haber salido con la trail.
Aunque me gusta más el trail, no la he echado de menos hoy. Un placer disfrutar de todo y me queda claro una vez más que prefiero mi trail hoy de cilindrada media con los monstruos que se diseñan y luego algo realmente pequeño para pasear: una de trial.





Creo que tiene seis marchas ( todavía lo dudo por la falta de costumbre y la diferencia de esta moto con la Avispa) y quizá al fina, volviendo al coche, haya puesto quinta. Tranquilo, siguiendo con la mirada los numerosos conejos que se me han cruzado, sus conejeras y las abundantes cuevas que hay por esta zona: ¿las habrá contado alguien?
Y ha habido algún rato entretenido, de esos en lo de buscar complicarte un poco:


 
 


En la primera foto se ve el agujero en el que podía haber caído de no ir tranquilo, y en la última de las tres tenía a la derecha una buena caída.
La motillo de trial exige parar un rato de vez en cuando a quienes no tenemos costumbre, y eso sin hacer nada.  Ya en la que creía que iba a ser la última parada he sacado los prismáticos para mirar a los bicicleteros y ¡ al helicóptero tan anunciado en la tv! que en la operación de Tráfico de Semana Santa
debe estar sacando dinero de los bolsillos de los conductores a base de bien. Estaría merodeando por todos los "Stop" y otros sabidos donde poder pillar por la espalda a unos cuántos.

Sin embargo, no ha sido la última parada.






De camino al coche y carro, me encontrado este refugio:




 
 

Finca cuidada, curiosa. Me atraen estas pequeñas fincas con sus refugios. Cerca de Madrid, creo que le sacaría buen provecho.
Y ya para el coche. Dos horas y media con la moto y el aire en la cara.




lunes, 18 de marzo de 2013

Sigo disfrutando de la nieve caída.

Todo el fin de semana de San José lloviendo salvo el lunes que, de pronto, aparece soleado y con cielo limpio.
Quedo con "Ziervo" y Agustín para salir juntos; Con tanta agua habrá barro y no apetece salir a ..., no  disfrutar y luchar contra el terreno.
Una trail es para disfrute por campo y carretera y hay que aprovecharla paseando de nuevo por la Sierra de Madrid, por un recorrido de lo más habitual: A VI, Navacerrada, Cotos, Rascafría, Morcuera, Miraflores y a casa.
Agustín falla; Sin embargo quedamos en vernos en el alto de la Morcuera con Miguel. Angel y yo tiramos, contra el viento, según subimos Navacerrada contra la temperatura. Precioso paisaje, nieve, algo de niebla, nieva, ¡y no mucha gente! Tiramos a Cotos y nuestro ritmo es de absoluto paseo junto con una BMW R 65 matrícula BA. Disfrutamos hasta que de bajada el deshielo ofrece este panorama:








Tras un rato de disfrute del sonido del agua, de aquél pájaro que tenía a Angel hipnotizado con vuelo en bucle del nido en mitad de la cascada tirándose al rápido que formaba el agua valle abajo, y de algo de charla con un caminante barbudo seguimos hacia El Paular con nuestras monturas






Rascafría se encontraba preciosa con su calle adoquinada, no demasiado tráfico, y su regato hasta arriba; Con un cielo despejado y con menos frío me daban ganas de para a tomar algo y pasear.
Pero habíamos quedado a las doce, con lo que subimos Morcuera y ya con altura disfrutamos de la nieve, de las familias con enanos con los trineos, de la bonita carretera, encontrando justo en el alto a Miguel y Agustín.










Tras un breve saludo bajamos a Miraflores donde tomamos un algo acompañado de cháchara hasta que llegada la hora me separo del grupo para volver a casa.




lunes, 4 de marzo de 2013

Buscando nieve.

Ayer di gusto a mi mente y cuerpo que llevaban tiempo con ganas de disfrutar de un paisaje nevado.



Viviendo en Madrid la cosa en fácil con la Sierra de la que podemos disfrutar, si bien disfrutar, disfrutar es cosa de días laborables, porque los fines de semana son hordas las que la ocupan.




De ahí que me alejara y además añadiera algo nuevo que conocer. La zona elegida iba a ser La Pinilla




La verdad es que la imagen de La Pinilla nevada desde el Castillo de Castilnovo siempre me atrae y por fin ayer me paseé por allí con poco tráfico, gente y mucho bosque con la nieve acoplada en las ramas de los árboles.
Empecé cerca de Somosierra donde fuera de la A I encontré algo de hielo, y pude hacer fotos de la vía...



... de tren nevada; Para mayor alegría saltaba el agua por algún sitio. Las manos se quedaban heladas




fuera de los guantes para manejar la cámara con libertad. Tras cada parada, entretenido buscando el lugar para hacer la foto o en la paseo para ... buscar, los guantes calefactables en la moto resultaban acogedores.




Luego continué para llegar a Cerezo de Arriba; Salvo otro pequeño tramo por allí hice los únicos kms por campo.


De cualquier forma llevaba mucha ropa para andar por campo; ¡De qué manera y hasta que punto entorpece ir como una cebolla en la moto si pisas el campo!




A la salida de esta pista disfrute del panorama y deseaba llegar a La Pinilla para luego subir el puerto de La Quesera




Pasé la estación de esquí sin demasiada gente y muchos paseando abrigadísimos por el arcén de la carretera y a disfrutar...




LLegado a Riofrío de Riaza  (foto del comienzo de esta historia) comienzo la subida del Puerto de la Quesera, hasta donde pude, hasta donde había llegado la pala de la quitanieves.




Y arriba, no estaba solo. Habría seis coches, unos que habían dormido allí, otros que me adelantaron en un M3 mientras hacía la anterior foto con su magnifico sonido, otros que subían a esquiar por una trocha que subía desde la carretera. Disfruté un poco del panorama y comencé la bajada.






Más abajo, en el hayedo paré a tomar mi caldo caliente y a prepararme para la vuelta a casa. Fue un gran momento, no había apenas nadie, ni coches subiendo y bajando, y la montaña nevada y el bosque resultaban fantásticos.





De bajada, hice una parada más en el embalse, donde me metí por un camino con algo de nieve por curiosidad de ver dónde bajaba en aquél lugar tan cerrado. Efectivamente media vuelta a los ¿mil metros?












De aquí para casa, tranquilo, disfrutando de la sierra y ya en la autovía con calma por el viento en contra.