De cómo y a qué hora he llegado a esta bonita Plaza..., solo diré que era temprano, que la mitad del recorrido - por campo - había niebla, y que el "jabón" estaba presente aunque superficialmente, nada grave, salvo los 150 metros del puente donde creía que el barro podía con la rueda delantera.
Como es costumbre me voy a por la bollería típica del lugar; Saco de debajo del asiento la mochila del Decatlhon de esas que ocupan nada y menos, la echo a la espalda y vamos a ver qué más ofrece el camino.
Ya tenemos las primeras luces.
Y al bajar hacia el valle, y dependiendo de los sube y baja que voy encontrando, de nuevo la niebla. Sin embargo, ahora ofrecerá buenos momentos por la atmósfera que crea.
Me retiro de la pista para internarme en un callejón por el que pasé la última vez con mi mujer en bici hace ya la tira de tiempo, y alcanzo el cantíl que buscaba.
Yyyyy,... ¡bingo!
Para hacer la foto con la moto y autoretrato tendré que bajar la cuesta porque el terreno resbala, y dar la vuelta con la rueda delantera para abajo me da trabajo; Mejor bajar con inercia y subir para apoyar bien la moto sin miedo a que se caiga.
Hala, ya. Disfrutado
A bajar toca, otra vez, pero en esta posición me resulta fácil dar la vuelta y luego primera y a dejarla caer (¡Qué gusto de neumático delantero nuevo!)
Despedida junto a la carretera y a dar cuenta de los bollos a casa, tras cuatro horas más que sumar de moto y campo a mi fugaz vida.
Madrugador... muy madrugador, pero el resultado es "impresionante"
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