Con la idea de jugar con la cámara de vídeo, tenía en mente hacer una salida para darle vueltas a varias ideas.
La historia empieza con el primer obstáculo: la batería de la Go Pro muere al minuto de usarla. ¿Cómo ocurrió? Como me pasó ya otra vez. Por suerte llevo batería de móvil para recargar, e incluso toma usb en la moto, pero no tengo cable. ¿Volver? NO. Sigo y el calor es fuerte, pero, constantemente voy recordando momentos peores vividos con Raul y Miquel y "¡no es tan grave!" Consigo por fin en Chinchón un cable. Y pongo cargar en la batería del móvil de "por si acaso". Y mientras me voy al Parador a esperar a que cargue y caen dos tintos de verano, mientras me paseo por el lugar, ya que no hay nadie y la camarera vigila mis cosas y confirma que hay permiso para tirar fotos.
Una más en el mismo lugar. Otro lugar donde no me canso de tirar fotos. ¿Tendré una por año aquí?
Me voy a terreno abierto a hacer las pruebas que tengo pensadas y que me traigo a casa. El vídeo sale con escenas que no me gustan, de las que aprendo lo que no me gusta, las que me gustan y he de mejorar por el ángulo inadecuado del anclaje de la cámara, y por la excesiva lejanía de lo que pretendo que salga. No se de estas cosas, actúo por instinto y con la cabeza ocupada de cosas que se me ocurren y que para conseguir pienso en qué ñapa utilizar.
Los tintos, este lugar y el otro "Alto", más subir a las casas cueva, fueron los mejores ratos de la tarde, metido en una ropa que llega a casa sudada,y sin parar de beber. No repetiría ya al día siguiente, pero sí a la semana próxima.
Lo paso bien haciendo lo que hago, por lo que si hay que sufrir un poco, pues se sufre. La vuelta a Madrid resulta fresca, hasta Arganda al menos, y con Madrid iluminado al fondo más agradable.
Y este es el vídeo:
Transalp 700 y caloorrr from Jesus Alloza on Vimeo.
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