sábado, 5 de marzo de 2016

Sol, viento, agua, nieve, sol, granizo...


Dos horas y media escuchando música, disfrutando del paisaje, de sus cambios y tirando fotos.





Dejo a los niños y mamás en casa, los unos jugando entre ellos que es lo mejor, y a ellas a sus cosas, y me cojo el coche otra vez, pues por la mañana también me paseé algo, y me voy a buscar altos desde los que ver la Sierra de Madrid, o de Segovia desde la ladera norte.




El terreno está muy resbaladizo para llegar a la peña que hay en Castro, y desde donde las vistas de la Pinilla son espectaculares.





Lo malo de este rato es el viento fuerte y frío. Da verdadera pereza pasar del calor del interior del coche al intenso frío.




Encima, el viento dificulta tirar fotos al fondo. Salen muchas fotos movidas.




La subida buscando nieve (imposible pues no hay, salvo pegotes aislados) está bien, pero la bajada progresiva hacia el valle del Duraton y los arenales de Carrascal es una gozada.




Ha habido un momento de tormenta de nieve, en poco espacio. En un pis pas se queda blanquecino el suelo que voy pisando. Verdaderos contrastes. Es como el Otoño, pero frío.




Es el campo lo que me gusta. Sea andando, bici, coche,..., pero recorro los caminos y miro pensando en ir sobre las estriberas de la moto constantemente.






Por la tarde, ya avanzada la tarde y de vuelta a Madrid Somosierra estará más nevada, como la carretera, y las quitanieves a todo tren trabajando. Increible la tracción 4x4, pocas veces usada pero milagrosa.





 Vuelta al griterío tras un rico paseo.




Bajada al río y camino que no cansa hasta casa.



¡Cómo baja de cargado y de barro!




Hasta otra






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