lunes, 31 de agosto de 2015

La atmósfera de siempre

Pues se acabaron las vacaciones estivales de este 2015. 



Sin embargo, terminan en compañía de Ziervo,,, al modo de siempre, aunque vestidos totalmente diferente: uno con completo equipo de campo y otro de ir a por el pan. 



Al contrario que en la mayoría de ocasiones, no buscamos la ruta de campo, el encontrar el camino que parece adecuado cuando circulamos por una carretera; El calor, el polvo y en principio, por lo hablado por teléfono, buscamos holgazanear cerca del agua, Como aquellas veces en días de verano.





Error con la cámara, pero, hay que recordar este buen rato en Puentes Viejas, y aunque movida, ahí estamos: baño y merienda y sin calor a la sombra.





Me alegra haber enseñado lugares desconocidos en la ruta de hoy: siempre anima haber aprovechado para conocer algo nuevo y sin alejarse demasiado de casa.






Tras una parada en un bar de toda la vida, con partida de cartas de los mayores pero sin humos, y otra la larga charla sobre cómo va la vida, volvemos a curvear de vuelta a casa.


domingo, 9 de agosto de 2015

Recargando energías


Este verano lleva consigo un calor de rigor.




Y ha resultado un verdadero castigo para lo que nos hemos echado encima en casa.





Pero, llegado el momento, he podido alejarme del ruido de la rutina, para agarrado al manillar, comtemplar la existencia y dejar fluir sensaciones, sentimientos e ideas.




Esta es la mejor forma de encontrar alivio a aquél ruido rutinario, y que me sirve para reparar y recargar energías.




También me habría gustado coincidir con algún alma gemela.




Salvo el primer día, hice correr la voz, pero, cada uno tiene su vida y sus momentos.





Y cuanto más viejo, ya se sabe: más pellejo.




De hecho, el último día, aún pensando en ello, me arranqué a seguir igual por puro placer, basado en la memoria de los anteriores días y sabiendo que en otra temporada no habría más.





En estos lugares y con estas vistas me he inspirado.




Redescubro mis sentidos.






No sin  olvidarla a Ella y al Él, quienes me gustaría que anduvieran a mi alrededor pudiendo transmitirles lo que siento en cada una de estas paradas.



¡Qué privilegio vivir donde vivo y tener muy cerca Tanto!




¡Y tanto fresco aquí arriba, con la caló que te envuelve, empereza y frena, allá abajo sumergido!




Maravillosas vistas de la Sierra entre diario, sin apenas gente.




Increíble frescor, luz, olor..., contraste a como me levanté ese mismo día.









Larga parada viendo bajar el sol. Un lugar en el que en más de una ocasión he dejado el coche y he echado a andar en compañía de Enrique y J A. Y, dejé atrás una pradera donde pasamos una noche de lobos.





Grgrgrgrgrgrgrgrgrgrgrgr... He de volver





Parada y a guardar cacharros para emprender la vuelta a casa.