miércoles, 7 de febrero de 2024

Tarde del 4 de febrero

Un fin de semana ocupado en los asuntos familiares (desde la tarde del viernes) me dejaba sin mi rato para "mi persona". Actualmente no es que sea algo importante, sino que es una necesidad, dado que hace mucho experimenté su importancia.

Tras comer surgió el momento y no lo desaproveché. Dedicarnos tiempo haciendo aquello que nos limpie, que nos haga sentir bien, es necesario, y puedes hacer ejercicio y quitarte ese nervió o ansiedad que lleves dentro, hacer una comida de las que te gustan, escuchar tu música preferida, darte un baño, salir al campo fuera de las manzanas, semáforos, pasos de cebra y ruido diario, pueden ser formas de conseguir sentirte bien.


Ante este escenario es donde yo me recupero, donde encuentro armonía, unido a algo de ejercicio.

El poco tiempo del que disponemos puede suponer o no tenerlo, o cuando lo tienes llevarte a no hacer nada, al sofá. Pero, no va conmigo, y solo hace sentirme peor y desaprovechar oportunidades.

Ahora dejo la bolsa de atrás en el garaje. No guardo gran cosa. Me doy por demasiado confiado. Pero me facilita las cosas, y tardo menos en salir cuando hay oportunidad. También de ahora, y con las formas de este depósito de la XL, llevo la bolsa sobre depósito, con la que me quito peso de los hombros y espalda y alcanzo ms cosas sin bajarme.

Ni Gps, ni móvil que me dirija. Antes el Gps me acompañaba a todas partes, pero, no se por qué razón ahora ni deseo ver el cartográfico e indicaciones de donde me encuentre. Hago menos fotos. Tal vez cansado de recoger lo mismo, que me entusiasma, si bien, en el momento.

Solo me guie por la idea de dónde llegar, sin prisa, pues tenía toda la tarde si era necesario. Me vino a la cabeza aquélla grieta.




LLegar hasta allí lo hice por el camino paralelo a la A1, entrando por el sendero "Manolo". Cuando dio el cubrecarter en el bordillo de ese giro de 300 grados, recordé que él lo avisó, y de esto hace unos años. Camino de casas de campo. Allá donde las veo se me hace la boca agua. Si, al fin y al cabo esa tarde era el postre de la comida. Ahora camino, ahora pista, aderezado con alguna bañera. Bajé la presión de la rueda delantera. Gana un montón, pero, aunque ya la conozco y voy más suelto, no la montaré jamás. Y algún rato asfalto, al pasar por zonas de casas juntas, aunque yo creo que unos cientos de metros más al río es todo camino. Y, ojo, hay que coger el "Camino del Valle" cuando veas la señal, el cual diría que te une a esa pista que pienso que es todo de tierra y que va paralela a la que traía, y que desemboca a seis km de Torrelaguna.



Así que, arriba, a buscar la grieta y la piedra en la que sentarme, esa que se ve encima del casco. Sin embargo al llegar encuentro una cadena con un cartel nuevito que pone no pasar, haciendo referencia a la norma que lo prohíbe y con un final que dice "por favor ayuda a su conservación".

Bueno, el día empujó a que hubiera gente de sobra, incluso que subiera a esa altura, pero, eso haría que el Seprona estuviera atento, y Medio Ambiente, y, estando tan nuevo, no me extrañaría que estuvieran ojo avizor por los alrededores. No me compliqué, con el caso quitado me di una vuelta, me asomé más abajo al cañón y allí estuve un ratillo. Buenos recuerdos y variados tengo de este lugar.



Estar por ahí, rodeado de naturaleza, más viendo todo verde y con agua corriendo, traslada una sensación extraña, en general. Creo que a mi, en particular, más, y me gusta. Quizá sea el motivo por el que con tan poco tiempo desee ir a buscar estas sensaciones solo, pues no veo yo que sean generales y tampoco quiero fastidiar la tarde a nadie. Y ya habrá ratos para ir en grupo, siempre reducido ya que si tenemos que estar todos a lo que cada uno quiere apaga y vámonos.

De regreso elegí carretera, curvas. Mandé aviso de que seguía por ahí a mi tran tran, Guadalix, donde me desvié a ver el pantano con la luz de la tarde, y a Colmenar, por esas curvas, por dónde casualmente pasó un AVE zumbando por la vía de ese pedazo puente. Y bajé a casa tranquilo, pues había mucha circulación entrando en el barrio antes de anochecer.