En estos momentos, en los que los madrileños no pueden salir de la Comunidad porque no les dejan entrar en otras, nada mejor que madrugar si lo que deseas es hacer lo que te sienta bien, y hacerlo sin ver aparcamientos llenos, pueblos con riadas de gentes por sus calles y carreteras como regueros de hormigas.
Puesto en marcha temprano y con el cuadro de la moto a la vista con sus luces, salgo de Madrid buscando...
Sentado en esta terraza, pido el desayuno, saco la cámara (malditas cámaras de móviles cada vez mejores) y paso el rato hasta que sale el sol y me pongo en marcha.
Estas horas me parecen las mejores por la luz. Hoy toca ir por lo conocido, como no puede ser de otra manera por lo dicho al principio, pero, tratando de buscar alternativas.
Encontré unas buenas vistas y rincones por la zona, que he de visitar en bici para acercarme más donde quiero.
Y por el valle no pude dejar de recorrer uno de los caminos que más me gustan de la zona.
Terminaré con unas buenas curvas sin coches, a mi ritmo, rodeado de bosque, para alcanzar el desvío a la entrada a la autovía; Escondiendo la aleta del casco tras la cúpula y a ritmo ligeramente superior a la velocidad legal, disfrutaré de los dos cilindros y de los 200 kgs camino a casa, viendo como el sol ahora se refleja en los cantiles de las Cuevas de Perales.