lunes, 16 de noviembre de 2020

Sobre septiembre, octubre y mitad de noviembre.

 Normalmente, vengo de las vacaciones en septiembre. LLegas relajado y poco a poco el trabajo, ritmo del cole, clases extraescolares, etc., te van abriendo el apetito de escapar de la gran ciudad. Este año se ha alargado ese proceso algo más, dado que caí con covid y me tocaron 14 días de confinamiento, síntomas leves, además de regalarles a los míos otros tantos. Súmale que las CCAA comienzan a cerrar sus fronteras y aunque Madrid mantiene abierta la suya, no hay mucho donde elegir si no te gusta la masificación. Total, no puedes ir muy lejos, Mazaterón o el Mar Menor no son accesibles y mi mente juega a toquitear la moto y otras cosas.

Al mismo tiempo, llega "Lydia", nueva bici que me ha enganchado, más por las circunstancias descritas, y la vengo utilizando mucho desde las vacaciones, sobre todo con el Pequeño y los amigos y compañeros del cole. Buenas salidas hemos hecho.

Total, que llega finales de octubre y la primera quincena de noviembre, y es entonces cuando empiezo a coger la moto.



Salí una tarde de viernes, noche anterior a la de luna llena y que disfruté como un enano.

















Y tuve la oportunidad de salir ambos lunes de los puentes: el de Los Santos. y el de La Almudena . Tres días de fin de semana dan para todo. 

Uno fui acompañado, que me ha dejado gran recuerdo de la comida con Ciervo y Toberoloco en la zona de merendero y playa de Estremera...






... y otro lo pasé solipandi por zonas que hacía tiempo no tocaba y que conocí con el Pequeño cuando tenía tres años y me lo llevaba con la bici.



La moto ya aparece con cambios. En Gualapop encontré una fijación al subchasis del soporte de la maleta Shad que he buscado y no he encontrado por estar descatalogado - como otras piezas de la moto que ya empiezan a ... no estar -. Lo pedí y lo monté. Ojo, cómo pesa el soporte recibido. Al menos un Kg, pero, claro, garantía de robustez y que vendrá de lujo pues parece que no metes peso cuando usas la maleta pero todo suma. No me gusta ahora llevar Top Case, pero, he de aceptarlo por cuestiones personales y, claro, lo aprovecho ya para más cosas.



La pantalla del carenado está mejor colocada. He quitado el soporte del Gps que monté durante el confinamiento de marzo a mayo en el centro de las columnas en las que apoya la pantalla, ocupando el GPS ahora el lugar de siempre.

Y las ruedas. Vuelvo a los TKC 80. He repasado los neumáticos de este estilo de otras marcas, y, viendo comentarios y repasando dibujos de ruedas, he vuelto a ellos. En este primer paseo, después de tanta lluvia, he de decir que son una gozada en cuanto el campo está mojado, y por carretera van de miedo, si bien, le pesan a la moto: con los Contiescape corre mejor la moto, le cuesta menos acelerar, es más veloz y más suave, pero, su taco delantero no es el del TKC de la rueda delantera.




Me priva este tramo.

Otro cambio ha sido el manillar. El original no está mal, pero, las puntas están muy cerradas, y mira por donde encuentro en internet un modelo con las puntas más abiertas, como el manillar de la Gas Gas que cuando la cojo me gusta, y que cuando vas de pie por campo, a lo que doy prioridad, me siento más cómodo. Una vez montado, me gusta su anchura, y efectivamente yendo de pie no tengo esa sensación de darme con él en las piernas si giras y hay algo de pendiente. Veré con el tiempo si merece la pena o no, porque me entretengo con los cambios, pero, ¡qué bien están hechas las motos de origen!

Y este fin de semana, en el que el pasado jueves anunciaban la llegada a Canarias de la Tormenta "Teta", y que anunciaban lluvias tooooodo el fin de semana -luego algo menos, sólo el sábado en Madrid- he aprovechado para hacerle la revisión en casa. Aceite, bujías y filtros, ir repasando cada cosa desmontada, algo de pintura a mi manera, y...



... retirar el guardabarros.

Mira que me encabezoné con montarlo, por sentirme seguro en campo si hay barro, pues, solo de pensar que se va a embozar la rueda delantera me da pánico. La sensación de que se frena, se bloquea y me voy al suelo por la rueda de delante, me produce miedo; En Tunicia me di una buena castaña por ese motivo.

Pero, aunque la confianza es muy importante, estéticamente no me gusta. Las trail deben llevar guardabarros alto, a mi manera de ver. Si hay barro y con las inercias de su peso, un guardabarros alto es una ayuda. Sin embargo, una vez probado en esta moto, el electro salta mucho más que antes, siendo en verano un continuo sonar a baja velocidad, y el agua, arena mojada, que salpica al pasar una bañera, se mete por la carrocería de qué manera con el guardabarros alto, hasta el punto de hacer rozar las voluminosas tapas con el depósito y, en consecuencia, arañarlo, por ejemplo. Igualmente, los radiadores sufren más con la suciedad, y, todo ello, me lleva tiempo persiguiendo buscando el momento para retirarlo. Vista la moto de frente me doy cuenta de que no puede entrar el aire como antes a los radiadores.


Y ¿cómo lo sustituyo? Puedo montar el anterior original levantado 3 cms. Sin embargo, quisiera montarlo de forma original, a su altura. Me gusta esta moto,  ahora más que cuando apareció en el mercado, y entre que no me gusta escuchar tan constantemente al electroventilador pensando que eso le duele a la moto, y que la veo tan bonita ahora en el vídeo original de Honda, de su presentación, prefiero buscar alguna manera de que la parte trasera del guardabarros no recoja y retenga el barro botijero y emboce la rueda de forma tan fácil. Yo creo que es el puente de horquilla el que frena el barro y lo retiene, pero, ¿qué hacer para que el barro salga?

He comprado un guardabarros de segunda mano y estoy cortando por aquí y por allá, a ver si consigo que sea más eficaz si hay barro que de forma original y que rompa menos la estética, así como que no le genere un problema a la refrigeración.

Y esto es todo por ahora.