El sábado por la noche, con la tele encendida de fondo, sin hacerla demasiado caso, repaso, y veo este minitrack que en google earth descubría un cañón con un paso seguro sobre el mapa y con algo de gracia sobre el terreno por lo difuminado de la foto.
El lugar no está muy alejado, pero, lo suficiente para ver campo, pueblos, iglesias, y rodeado de no mucha gente. Así que, me voy a la cama, pongo el despertador a la seis media y a ver.
Una vez me despierta el reloj, cojo también chubasquero por aquello de las tormentas, y hala, 110 km /h y paso Guadalajara. Si que cuesta, pero, haberse levantado pronto en domingo y disfrutar de las primeras luces cura todo.
Voy dejando gasolineras. No salí con el lleno hecho, y tenía la seguridad de que llegaba con la reserva a Jadraque. Mmmm, carreteras secundarias. Y la primera vez no lo hago, pero, la segunda media vuelta y la cabra sube al monte. Gracias a la paja corono y disfruto de las vistas y la humedad de la paja. Debió llover. La trasera no paró de dar vueltas ni parada la moto. Chof chof, chof, y ya veremos la bajada, que, por la paja, pues se queda en nada.
Y una tras otra. No se cuántas veces he parado, y me he asomado, o he parado a ver la plaza. "¿Qué me pasa?" ¡No avanzo! La parada en Miralrío me parece la mejor junto con los torreznos en la plaza de Atienza. ¡Qué vistas!
LLego a Jadraque. La reserva lleva unos kms avisando con el estrés propio del marcador. Y sale el gasolinero y me dice que no me puede servir. Que no dan con el fallo. Que a saber para cuando servirán. Creo que llegaba a ..., incluso a destino, pero, "¿y si la jodo?" Me retiro del surtidor, bebo agua de la manguera, monto el gps, busco.... Media hora después la tecnología vuelve a la gasolinera afectada por la tormenta de la noche. Mola. Estás cosas me gustan. Me recuerdan a los parones del cine de terraza de pequeño junto a mis padres y amigos. Hay que vivir esas cosas.
Así que sigo, me pierdo por unos maizales, me saltan unos corzos y por fin encuentro el "trá".
Y llego al camino en cuestión, al tramo que deseaba, donde disfrutaré de lo lindo con el paisaje, camino y mi moto. Volaré el dron, tiraré alguna foto, y recogeré y beberé agua por allí sentado tras jugar con el chisme volador.
Pero hay otro tramo rocoso y una subida entre las rocas que es una preciosidad y que mi torpeza y no demasiado interés hoy no han grabado la cámara de vídeo. ¡Qué lugar! Y al subir, el embalse de Pálmaces a lo lejos. ¡Qué vista! Y ¡cómo necesito lugares nuevos!
Pero este hay que repetirlo, completarlo. A ver si con algo más de nervio lo consigo. Y volver a terminar en Atienza, donde, además de los torreznos, aparecerá una Transalp como la mía acompañada de una Africa Twin 750. Raro ver una Transalp 700. Y me iré a la Iglesia de San Gil, vecina de unos conocidos de Madrid que tienen una casa Rural que tenía pendiente de visitar. Una pasada de bonita. Besos, saludos, abrazos, y vuelta a casa tranquilamente despistándome por la Bodera, y disfrutando de la moto, curvas y mucho paisaje.
Estoy disfrutando de la carretera este verano ...